Todo puede transformarse con el poder del Amor. Y éste debe ser aplicado a nosotros mismos como primera regla mediante el perdón. Antes de perdonar a otros perdonémonos a nosotros mismos. Sintámonos merecedores de lo mejor, así podremos atraerlo a nuestra vida.
¿De qué me sirve imaginar o proyectar una vida de éxito, abundante, rodeada de amor sin no me siento merecedor de ello? Inconscientemente boicotearé cualquier posibilidad de que esto pueda producirse de forma sencilla, fácil y alegre.
Y llegaré a la conclusión de que la vida es un largo camino de sufrimiento en el que todo hay que trabajárselo con dureza. Si esta es tu realidad, profundiza: ¿qué creencia se implantó dentro de ti para no hacerte merecedor de una vida fácil y maravillosa?
No hay comentarios:
Publicar un comentario