No todos los profesionales reaccionan de igual manera ante la perspectiva
de un cambio en su carrera. Héctor Ínfer, identifica tres personajes internos
que pueden influir de manera definitiva ante un proceso de transformación. Muy
a menudo es una cuestión de responsabilidad pero conocerlos puede ayudar a
gestionar el conflicto.
El colono. Está impulsado por el miedo. Cualquier
cambio supone una amenaza a su estatus. Lo único que le motiva para oponerse a
ese proceso es preservar lo conseguido y cuando se aproxima un reto, pone
excusas como el dinero o la tecnología. Así oculta la cobardía típica de una
mentalidad conservadora motivada por cierta desconfianza: tiene miedo a perder
y por eso, ante los cambios, se convierte en el gran saboteador.
El pionero. Transforma la creatividad en
innovación. Suele ser un creador nato, es el típico emprendedor que toda
organización en crecimiento anhela porque quiere aportar riqueza a la empresa y
es capaz de arrastrar a sus socios. El pionero funciona desde la confianza y no
se cuestiona lo que puede perder a costa de la innovación que supone un
proyecto.
El alquimista. Es el gran mediador, el que
equilibra la balanza en caso de conflicto. Tiene el coraje y la capacidad
necesaria para observar cuáles son los pros y los contras de una nueva
propuesta. Frente al pionero, que se arriesga contra viento y marea, y al
colono, que tiene miedo a todo, este personaje es el sabio, el que mezcla los
elementos en justa proporción para elaborar un buen metal. Comprende ambos
puntos de vista, sabe ver el futuro y es capaz de capitalizar lo que merece la
pena conservar.
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